Hacer arte para conservar el pau-brasil
El pau-brasil (Paubrasilia echinata) es el árbol símbolo de Brasil, uno de los árboles más raros de la Mata Atlántica y que lamentablemente está en peligro de extinción. En los últimos 500 años casi desapareció debido a la explotación excesiva de la madera para la construcción civil, pero principalmente por la presencia de una sustancia química contenida en la madera llamada “brasilina” que fue utilizada en la industria textil y la deforestación a gran escala.
¿Cómo reconocer un pau-brasil? ¡Es fácil! Es un árbol, generalmente de tamaño mediano, pero puede alcanzar hasta 30 metros de altura. El tronco tiene corteza grisácea y placas irregulares de color marrón rojizo. La madera es muy dura y pesada, con un color que va del marrón anaranjado al rojo intenso, que se atribuye al compuesto químico brasilino. Las hojas son de color verde oscuro y las flores son amarillas, pero uno de los pétalos tiene una mancha rojiza y ¡son muy fragantes! Los frutos son secos y contienen entre una y dos semillas de color marrón. Ocurre del Sudeste al Noreste de Brasil en bosques de baja altitud y en la llanura costera, excepto en el estado de Bahía, que se expande a bosques del interior. Aunque restringido a la Mata Atlántica, se cree que en el pasado tuvo una distribución más amplia a lo largo de la costa brasileña.
Según investigaciones históricas, el pau-brasil era la madera preferida para leña de los pueblos originarios que vivieron en la Mata Atlántica durante miles de años antes de la llegada de los navegantes portugueses. Tradicionalmente se la conocía como “Ibirapitanga”, muy sonora, ¿no? ¿Sabes lo que significa? barra de tinta! En otras palabras, ¡fueron ellos quienes informaron a portugueses, franceses y holandeses sobre la existencia de este árbol tan valioso! Por este motivo, el pau-brasil fue muy explotado como madera para teñir (siglos XVI al XIX) y posteriormente, a partir del siglo XVIII, para la fabricación de arcos e instrumentos musicales. Tal fue la importancia del comercio en la época colonial que la especie prestó nombre al país, además de revolucionar el arte de la pintura y la música.
La conversión de la vegetación natural de bosques a áreas urbanas, comerciales, agrícolas y mineras, entre otras, restringió a las poblaciones naturales a sobrevivir en fragmentos. La situación se ve agravada por la explotación ilegal de árboles adultos para suministrar madera para la producción de arcos de violín, violonchelo y viola. Todas estas amenazas aumentan el riesgo de extinción de las especies porque provocan aislamiento genético de las poblaciones, degradan y desequilibran los bosques.
Actualmente, la gran mayoría de las poblaciones de pau-brasil se encuentran en áreas protegidas, como parques naturales, pero la realidad de estas instituciones en Brasil es heterogénea: algunas áreas protegidas llevan a cabo acciones de conservación de educación ambiental, inspección y restauración de bosques degradados, pero otros no cuentan con una estructura mínima ni recursos adecuados para realizar acciones de gestión e inspección. Incluso con el comercio regulado por instituciones nacionales e internacionales, el tráfico de madera de Brasil continúa ocurriendo y parte del comercio todavía se suministra con madera ilegal. Por otro lado, ya existen iniciativas que invierten en plantaciones experimentales con el objetivo de posibilitar el uso sustentable de la madera de pau-brasil y otras especies nativas de la Mata Atlántica, estrategia esencial para el mantenimiento de la industria musical. Además, cabe destacar el fomento del uso de pau-brasil en la forestación urbana en las ciudades brasileñas.
Desde hace varias décadas, la ciencia ha sido un importante aliado en la preservación del pau-brasil. Aunque todavía insatisfactorios, los conocimientos científicos producidos en los últimos años fueron decisivos para localizar y cartografiar fragmentos de bosque con poblaciones supervivientes y para una evaluación más realista del estado de riesgo de extinción de la especie. También se han producido avances en la obtención de datos sobre el sistema reproductivo, la diversidad genética y la estructura poblacional en condiciones naturales. Es decir, en cierto modo ya existe un marco científico que puede ayudar a indicar medidas de protección, producción comercial y manejo.
El pau-brasil es un representante de una de las familias de plantas más grandes y diversas del planeta: las leguminosas, con alrededor de 22.000 especies. Su riqueza en la composición de biomas tropicales, principalmente bosques y campos, es significativa, y por ello ha sido uno de los recursos alimentarios más importantes desde el establecimiento de las primeras poblaciones de Homo sapiens en el continente americano. Al igual que el ceibo (Erythrina crista-galli), la flor de Uruguay, el pau-brasil es una leguminosa con un fuerte significado simbólico de identidad nacional. Estos son ejemplos de “especies emblemáticas” utilizadas para promover acciones de conservación de especies que se han convertido en patrimonio cultural. ¡La preservación de los bosques tropicales, hábitat del ceibo y del pau-brasil, está íntimamente ligada a la supervivencia del hombre en un planeta sano y sostenible!
A pesar de la gran relevancia histórica y cultural del pau-brasil, aún existe poca conciencia y baja movilización sobre la urgente necesidad de conservar una especie tan simbólica y amenazada. El diálogo “pau-brasil y las artes” es un camino prometedor para revelar nuevas sensibilidades y buscar un lenguaje de comunicación más integral para alertar contra prácticas que han llevado al pau-brasil al borde de la extinción.
Haroldo Cavalcante de Lima
Diretoria de Pesquisas, Instituto de Pesquisas Jardim Botânico do Rio de Janeiro
Patrícia da Rosa
Programa de Pós-graduação em Botânica, Escola Nacional de Botânica Tropical, Instituto de Pesquisas Jardim Botânico do Rio de Janeiro
Herbarium Bradeanum, Departamento de Biologia Vegetal, Instituto de Biologia Roberto Alcantara Gomes, Universidade do Estado do Rio de Janeiro